Convento de las Úrsulas, de monjas clarisas, en Salamanca La vida ascética se podría definir con palabras como amor, fraternidad, silencio, comprensión, sacrificio, trabajo, austeridad, responsabilidad, etc. Y exige un nivel de vocación responsable de vivir en comunidad, servir a los demás miembros y vivir el silencio, es decir, hablar estrictamente lo necesario. Aunque lo deseable era la entrada de las mujeres en religión por vocación, y éstas eran abundantes, pero en muchos casos, más que vocación eran otros los motivos que guardaban en su corazón y por los que preferían una vida monástica que la que le tocaría vivir en realidad. En este post que ya publiqué describo algunas de esas razones. Lo más importante en estas comunidades era la oración, que limita y condicion...
Mi cuarto propio para la historia, la Historia de las mujeres y las mujeres ilustres.