La monja negra María Teresa de Austria engendró a una niña de rasgos moriscos, supuestamente con un joven pigmeo negro llamado «Nabo» que componía su séquito en Francia. En realidad, es posible que el enfermizo bebé sufriera de cianosis, una coloración que deja la piel azulada, o mostrara un gen recesivo de los Médici. Ninguno de sus contemporáneos tuvo el atrevimiento de contar el resultado exacto de la promiscuidad sexual de Felipe IV. Entre 30 y 40 se mueven las cifras más exageradas. Cabría esperar, por lo tanto, que el Rey hubiera dejado tras de sí una algarabía de descendientes, de distinta categoría social e incluso de distinta raza. No en vano, su descendiente más exótica y sorprendente, dentro de los cánones de la época, fue el misterioso fruto de una de las dos hijas legítimas que sobrevivieron al Monarca: María Teresa de Austria, Reina consorte de Francia. María Teresa de Austria era hija de Felipe IV y su primera mujer,Isabel de Borbón. El único de los hijos...
Mi cuarto propio para la historia, la Historia de las mujeres y las mujeres ilustres.